sábado, 11 de mayo de 2013

CUENTO: EL FIN DEL MUNDO SEGUN FEDERICO

 CUENTO: EL FIN DEL MUNDO SEGUN FEDERICO



                                                         UN CUENTO DE : JORGE GODOY



       Federico fue un chico de once años, que supo jugar con los chicos de su edad a un montón de cosas, le gustaba mucho jugar a las figuritas, llenar albumnes enteros junto a sus amigos, aunque casi siempre le faltaba dos o tres figuritas que eran las mas dificiles, a veces las pudo conseguir hasta cambiándola por cincuenta o cien de las comunes, aun así pocas veces pudo llenar su álbum de figuritas para cobrar el grato premio, que casi siempre ofrecían por llenar el álbum ,  que era una pelota numero 5, de cuero, nueva. El soñó con tener una pelota numero cinco de cuero, nueva. La quería para llevarla al inmenso baldío de la esquina de su casa, para ir a jugar con los chicos, algunos mas grandes que el. Supo pasarse horas enteras viendo desde atrás del arco, ahí cerca , fuera de la cancha, contemplando al arquero, aquellos partidos que se armaban los fines de semana por los campeonatos relámpagos, de doble knock out, era así como le llamaban los mas grandes,  que no pasaban de los 16 años.
 
     Pero el, se juntaba con chicos de su edad a jugar a la pelota, a veces con los mas chicos , en el mismo inmenso baldío que dejaban libre los muchachos mas grandes durante los días semana: Allí Federico hizo gala de sus habilidades futboleras frente a sus pares y la admiracion de los pequeños. Pero el soñaba con poder jugar con los mas grandes, poder integrar el equipo del barrio y competir en los torneos de los fines de semana, esos que eran por definición de doble knock out. Federico soñó también con una final por penales, con el,  como jugador pateando el penal definitorio para que su equipo gane el partido final, así como lo había hecho el Piqui, un muchachito de 16 años que con un tiro violento y recto al medio del arco, convirtió el gol en el ultimo penal que definió el campeonato, premiando  al equipo ganador con los 1.000 pesos que se repartieron entre los 7 jugadores que integraron el equipo campeón.
 
 
    Federido estuvo allí y festejo cada gol de su equipo campeón del barrio, alli detrás del arco, junto a medio barrio que se había dado cita ese dia tan especial, en donde el equipo del barrio le había ganado nada menos que a los paraguayos del Campo Pelado, un equipo de ese barrio, muy bueno, que contaba con muchachitos habilidosos y fuertes, pero la casaca verde y roja, esa tarde sucumbió ante la azulada del barrio de Federico, que hasta acompaño en los festejos que se hicieron en esa esquina del barrio y que se prolongaron hasta que cayó la noche. Federico lo vivió con alegría, le convidaron mucha gaseosa y vio con admiracion como los mas grandes además de gaseosas abrían también botellas de cerveza y encendían cigarrillos. Federico regreso a su casa a cenar y luego a dormir.
 
 
     Al cabo de un tiempo Federico comenzo a ser aceptado para jugar en los partidos amistosos y de practica con los integrantes del equipo campeón del barrio, se sintió feliz, el, ahi, entre los mas grandes se sentía mas grande, tambien quería ser mas grande, pero como era mas chico y mas nuevo lo mandaban al arco, la orden era, "a no fusilar", debido a que los mas grandes consideraban,  que todavía era muy chico para atajar los tiros violentos a los que ellos estaban acostubrados, y aparte seria una crueldad. Federico llevaba jugando algún tiempo, pero un día de semana a la tarde, en una practica, la pelota se descosió, se le descosió todo el gajo completo que sostenía la válvula para el inflado, la llevaron al zapatero de la vuelta y el prometió darle costura y remediarla, pero a cambio pidió 100 pesos para su arreglo. Los muchachitos se reunieron en el baldío de la esquina y resolvieron poner 10 pesos cada uno.
 
 
    Todos pusieron, pero Federico no. Federico no tenia plata, era muy chico  y solo iba a la escuela primaria y no podía aun trabajar como los muchachitos que ya tenían algún  trabajo que les hacia ganar plata. Federico no tuvo el valor para enfrentar a sus padres y pedirles la plata, así que,  les dijo a los otros que no podía poner la plata para el arreglo de la pelota. El Piqui, era el líder del equipo, la estrella, el que convertía los goles mas soberbios y maravillosos, era aquel que había convertido el gol que les había hecho ganar el campeonato al equipo del barrio en la final por penales ante el gran equipo de los paraguayos, ese mismo que vestía los colores verde y rojo en sus camisetas, el equipo enemigo por excelencia y que siempre el equipo del barrio quería batir. El piqui fue quien se encargo de decirle a Federico que, el que no ponía los 10 pesos para el arreglo de la pelota, no jugaba.
 
 
      Federico se volvio a sus casa, triste y dolorido, pero aun tenia la esperanza de que si iba mañana a ver la practica,  todo iba a quedar en el olvido y tal vez, lo dejarían jugar. Tampoco jugo, tuvo que sentarse atrás del arco, como antes, a ver como los otros jugaban, otra vez volvió a ver los partidos de los mas grandes desde atrás del arco, adonde solo podía ver mas de cerca al arquero. Siguió un tiempo mas a ver los partidos, con el afán de que algún día lo pusieran a jugar aunque sea ya dando lastima. La respuesta siempre fue la misma, " no jugas porque no pusiste la plata para el arreglo de la pelota".
 
 
     Federico fue cada vez menos a ver los partidos, para que, pensó, no me van a dejar jugar. Y todo porque no puse 10 pesos para el arreglo de la pelota. ¡Maldita Pelota! Que se tenia que romper justo cuando ya lo habían empezado a llamar para jugar con los mas grandes. ¡Maldito los 10 pesos! Que no pudo juntar ni aun así con todos los vueltos que su mama le hacia quedar cuando le hacia los mandados.
 Federico, volvió a jugar con los chicos de su edad y hasta con los mas chicos, volvió a jugar juntar figuritas para llenar los albumnes, para ganar el primer premio que ofrecía una pelota de cuero numero 5 nueva. Jamas pudo llenar un album mas.
 
 
     Para Federico, ese día que no pudo poner los 10 pesos para el arreglo de la pelota, fue el fin de un mundo que quería habitar, que quería transitar, que quería vivir, un mundo en el cual le cerraron las puertas en la cara y le dijeron que no, un mundo que para el no pudo ser, que cambio tanto su vida a tal punto que se sintió frustrado para toda la vida.
 
 
     Eso fue para el, el fin del mundo segun Federcio.
 
                                 FIN
 
Estimado Lector, muchas gracias y hasta la próxima.

miércoles, 1 de mayo de 2013

CUENTO DEL CEMENTERIO: EL ARBOL MILAGROSO PARTE DOS-FINAL

CUENTOS DEL CEMENTERIO: AL ARBOL MILAGROSO  
                     ( PARTE DOS-FINAL )

                                  enlace a la parte uno           

     Doña Elvira, ya estaba advertida de estas situaciones, sus antepasados le habían dejado instrucciones que fueron pasándose por vía oral generación tras generación y sabia muy bien como enfrentar tal situación. Los  dos periodistas que habían pasado junto a la ventana sintieron una gran intriga en cuanto a las propiedades de las hojas del  árbol, así que tuvieron la idea de llevar a un laboratorio amigo para que analizara las hojas, con el afán de encontrar algún componente químico que pudiera dar la razón del porque de la prolongacion de la edad de vida de doña Elvira y de sus familiares. Ellos querían obtener alguna información, lo mas pronto posible, antes de ir por la redacción y enfrentarse al jefe con las manos vacías. Recibieron una sorpresa ingrata cuando de inmediato se hicieron los análisis y para su descontento no había ninguna sustancia especial y que no fuera conocida. Pensaron y pensaron y no pudieron echar un manto de luz al gran enigma. Luego de insistir con varios días mas  de observacion, la situación siguió siendo la misma la misma, doña Elvira, y toda su familia, seguían  tomando su infusión de hojas del mismo árbol y luego se acostaban a dormir
El cansancio y los pocos resultados,  hicieron dar por concluido el tema, ya no habían quedado mas periodistas en la zona, que cubrieran el fenómeno. Las redacciones de los principales diarios determinaron en su mayoría que todo esto era obra de la casualidad, y dejaron el tema para mas adelante, quizás cuando se cumpliera otro nuevo aniversario.  Doña Elvira, por ser la persona mayor, era la líder espiritual de la familia y en virtud de conmemorarse un nuevo aniversario de la partida a los cielos del padre de los padres, el cacique Nauthenoc. Reunió a toda su familia en los fondos de su casa, y comenzo una ceremonia india con fogatas encendidas que duraron hasta el amanecer. Doña Elvira era la única oradora y recordó a los presentes que: ---Nauthenoc dijo, en adonde mi cuerpo sea enterrado, allí crecerá un árbol, sera el árbol de la vida duradera, harán infusiones con sus hojas y las beberán una sola vez a la semana, así tendrán vida prolongada y saludable,  algunos alcazaran hasta 150 años, allí seguirán enterrando los muertos de nuestra raza, porque de sus restos se nutrirá el árbol y solo asi dará mas vida duradera a los de nuestra raza, nadie mas que de nuestra raza deberá saber esto, los que no son de nuestra raza podran beber la infusion pero no les producira ningun efecto, por esto mismo,  ellos,  serán los únicos que buscaran destruir al arbol de la vida duradera y asi nuestra raza morirá--. Son palabras del cacique Nauthenoc.  Siguieron con el ritual acostumbrado ,  y doña Elvira,  se dirigió  a su hija diciendole: " cuando yo muera,  tu hija mia seras la elegida mia, y cuando tu mueras elegirás a tu hija y  seguirán mis pasos recordándoles a nuestra raza lo que debe hacer, porque somos la descendencia directa del cacique Nauthenoc" . 
   En absoluta privacidad, la ceremonia termino al amanecer, con la toma de la infusión de las hojas del árbol milagroso del cementerio.

                                            Un cuento de JORGE GODOY

Estimado lector, muchas gracias y hasta la próxima