lunes, 24 de septiembre de 2012

CUENTO-LAS AGUAS DEL RIO SALADO

LA VIDA EN EL RIO SALADO
                                      
                                           I

     Pedro, vivió toda su vida en el rió salado, allá por la desembocadura, tenia un ranchito de chapa, carro, caballo, un par de vacas, algunas gallinas y hasta cerdos crió, junto a su mujer y cuatro hijos, dos varones que ya lo ayudaban en el trabajo y dos mujeres que ayudaban a su mama en casa.

  Pedro era de oficio un pescador, se ganaba la vida en el rio,con el esfuerzo de su trabajo pudo comprarse bote, remos, redes, boyas y todos los elementos necesarios para su tarea, al llegar la mañanita, traía el fruto de su trabajo para la venta, en la orilla de la gran ciudad ofrecíendo pescado fresco y a buen precio, la gente que ya lo tenia conocido no dejaban de comprarle, sobretodo en los domingos cuando se reunían en  familia, le sabían ir a comprar unos hermosos "amarillos" para la parilla, asi cuando la venta terminaba, el sobrante casi siempre era la comida nocturna para su familia.
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                             II
    Pedro anciano ya, y entregado al vino en la mesa de un viejo bar, ya casi llorando sobre una mesa, me supo dar algunos consejos, y desahogandose de su dolor, me decía:

  ---  "Las aguas del rio salado suben y bajan, los que vivimos allí sabemos que solo nos queda esperar, que no hay otra esperanza, alli no llegan los santos, no hay políticos, y pocos amigos. Las aguas son la vida misma que vienen y se van, asi de esta manera solo se aprende a vivir, se aprende a superar el dolor, se aprende a superar el hambre, y a ver la muerte tan de cerca, se aprende también a perder todo lo que se junto durante tanto tiempo, lo que se cuido con tanto esfuerzo, con trabajo, con sufrimiento.
  Es como saber aprender a perder en su cruel momento a los seres queridos que mas necesitamos.
  Un aprendizaje asi desde chico, de muy chico, solo sabemos nosotros lo que eso significa.
  El rio salado viene y va, lleva y trae, sube y baja, como la vida misma, asi lo aprendemos desde que nacemos todos  nosotros "---

  Pedro dejo se lagrimear, con el vaso de vino en la mano, con su dedo índice y a travez la ventana del viejo bar me señalaba el lugar exacto adonde tenia su rancho, su tierra, sus animales, su bote, su vida. Todo estaba tapado por las aguas que cubrían hasta las copas de los arboles mas altos, allá por la desembocadura del rio salado.

                                           FIN


      Estimado lector, gracias y hasta la proxima.

   

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