lunes, 9 de mayo de 2016

DOS MANZANAS (cuento para pensar)

                       DOS MANZANAS
                (CUENTO PARA PENSAR)
   

                                                             De: Jorge Godoy


          Un  joven que vivía en un pueblo, iba solo todos los días hasta la costa del río, allí se sentaba a descansar bajo la sombra de un manzano, este hermoso árbol era el único que había en ese lugar, y daba unas brillantes y apetitosas manzanas.
        El joven, se incorporaba y con solo estirar un poco su brazo arrancaba un par de ellas, luego se sentaba nuevamente y se las comía con mucho gusto. Hacia esto todos los días por las tardes, mientras contemplaba el río y miraba mas allá de el, miraba,  con suma curiosidad la otra orilla del río. Justo enfrente, en dirección recta desde donde el descansaba podía observar que un bello árbol también de manzanas, había crecido lo suficiente y que con el brillar del sol, relucían ya sus frutos. Lo que llamo a el poderosamente la atención. Así que mientras comía su par de manzanas diarias, contemplaba con ambición las otras delicias que brillaban bajo la luz del sol.
       Se dijo un día, con cierto grado de obsesión, voy a cruzar el río y voy a ir a comer manzanas también de ese árbol. Nunca se había metido en el río, así que no sabia si era profundo o no. Un día para probar, se metió en la orilla del río camino unos pasos y ya las aguas le llegaban a las rodillas, hizo unos cuantos pasos mas y el agua llegaba hasta su cintura y no había llegado todavía a la mitad del río. El río era ancho, así que pronto al hacer unos cuantos pasos mas, el agua ya le había llegado al pecho, se detuvo y pensando que con toda seguridad al hacer unos cuantos pasos mas el agua lo taparía por completo, así que se dispuso a enfrentar tal situación, como un desafió y,  si el agua lo llegara a tapar, nadaría; el era un buen nadador y estaba dispuesto a nadar. El rio era manso, así que pensó que nadaría lo suficiente hasta llegar otra vez a hacer pie y de ahí caminando llegaría con toda seguridad hasta la otra orilla.
       Camino hacia adelante esperando que sus pies ya no sintieran el piso barroso del río, sin embargo, nada ocurrió, camino y camino y el agua no crecía sobre el, se estanco en el medio de su pecho y de ahí no avanzo. Respiro con felicidad, había logrado cruzarlo caminando, algo que a simple vista, un rato antes le parecía increíble. 
       Al llegar a la otra otra orilla salio del río, se llego hasta el manzano, lo contemplo curiosamente, estiro su brazo y logro sacar un par de manzanas, tal cual lo tenia previsto, se sentó y se comió ambas manzanas. Sintió placer al hacer esto, luego descanso hasta que se le hizo un poco mas tarde.
       Al regresar y con mucho cuidado volvió a meterse en las aguas del río, con la misma precaución y desconfianza que había tenido cuando había entrado al río por la otra orilla, camino lentamente sintiendo otra vez el fondo del río barroso, que le servía de guía, por si hubiera algún pozo y, con sumo cuidado iba dando paso a paso, buscando hacer pie. Lo cruzo tal cual lo había hecho como cuando había venido. Al salir del río, feliz, volvió de regreso a su casa.
       Al día siguiente volvió a hacer lo mismo, se comió bajo la sombra del manzano dos manzanas y luego se metió en el río y volvió a cruzarlo e hizo lo mismo bajo el manzano de enfrente, volvió a cruzar el río y otra vez feliz, se retiro a su casa. Así, paso muchos días, sintiéndose feliz, porque había logrado su meta.
       Una tarde soleada y calurosa, volvió a hacer lo mismo de siempre: comerse dos manzanas bajo su árbol e ir a comer dos mas en el árbol de enfrente. Entro en el río camino mas resuelto, mas seguro, apoyado en su confianza. Había pasado muchas veces por el mismo lugar del río, así que lo tenia conocido. Pero, al llegar al medio del río, esta vez sus pies no sintieron el fondo del río, su cuerpo se deslizo rápidamente hacia abajo, sus manos no tuvieron tiempo a abrirse en manotazos para nadar, así que se hundió, su cabeza se sumergió en las aguas, el río lo trago en un solo instante y ya su cabeza, su pecho, no volvieron nunca mas a salir de las aguas. Al final el joven se ahogo.

                                                   

                                                   FIN 




Estimado Lector, muchas gracias y hasta la próxima entrada.