DON PRUDENCIO DE LAS PAMPAS
(cuento-narración)
Ya eran épocas de elecciones, y andaba precisando trabajo, andaba casi tirao, viviendo de prestao, un poco por aquí y otro poco por allá, lo cierto es que se vive medio apretujao con eso de arriar ganado, de los últimos patacones que vi, ya casi ni me acuerdo, y solo me quedan deudas, !ahh¡ , a Dios doy gracias que no me falta siempre alguna mano amiga que me saca del apuro. Por unos meses a los políticos le va a faltar gente, así que mejor me voy acercando al pueblo Grande, quizá, pueda encontrar a Don Cosme, el caudillo viejo del partido Blanco, para quien trabaje hace ya unos años.
Deje mi caballo amarrado al palenque, justo enfrente del local, y saludando con respeto, jui dentrando, ---Buenas y Santas---dije,
--Buenas y Santas, ¿que se le ofrece?, escuche de boca del empleado que estaba sentado en el escritorio mostrador, ---Ando buscando a Don Cosme---le dije un poco agachando la cabeza, en señal de necesidad; así parece, lo entendió bien el empleado y comprendiendome, gentilmente me repondio ---Siempre esta Don Cosme, disponible pa' la gente que precisa una mano, hagame el favor de tomar asiento, ¿A quien debo anunciar?, Prudencio, le consteste, --¿Prudencio, que?, me pregunto, --Prudencio de las pampas, le dije, --Ta bien, espereme nomas, enseguida vuelvo, respondió el empleado y se dirigió hacia el fondo, adonde se veía una puerta cerrada, a la cual golpeo dos veces, y de adentro le dieron permiso para pasar, al ratito nomas, volvió, se dirigió a mi, agradablemente y dijo, ---Don Cosme no va a tardar, èsperelo un ratito y lo va a atender.
No había pasado mucho, y de adentro asomo la figura esbelta, como siempre se lo veía tan jovial, canas mas, canas menos, hacia rato que no lo veía, pero lucia igual, apenas me vio, apuro el paso, abrió los brazos, ya me tenia enfrente, nos estrechamos en un amistoso abrazo, mientras decía, --Prudencio pero que gusto de volver a verlo, hacia rato que no sabia nada de usted, pero, amigo, digame, que lo trae por acá--, La necesidad, Don Cosme, la necesidad, ando, buscando trabajo, cargo algunas deudas allá por el pueblo y a las deudas hay que pagarlas, nomas--, respondí, mirándolo fijo, quería entrar mas allá de sus ojos y contarle algunas de mis penas, pero no fue necesario, sus ojos que no paraban de mirarme fijamente comenzaron a humedecerse, sentí un estremecimiento dentro de la boca del estomago, mi garganta comenzaba a secarse, sus ojos vidriosos estaban ahí junto a los mios, que también, se empezaban a humedecer.
Los hombres curtidos por los soles y vientos de los campos, los que tenemos algunos cuantos años de edad, los que sabemos cuanto significa el valor del respeto a la necesidad ajena, a la comprension humana, al valor moral y cultural, siempre nos damos cuenta cuando alguien nos aprecia y en estos gestos enaltecedores sabemos valorar al que se nos acerca con suma bondad.
¿Como es? , no ser agradecido a Don Cosme, El, que siempre que nesecite me dio una mano, y Yo la mejor manera que se de agradecer, es la de cumplir , pa lo que El mande.
Don Cosme, viejo político conocidisimo de la zona, andaba siempre necesitando gente pa que le hagan el aguante, así cuando El, andaba de gira proselitista, ahí estábamos Yo, y unos cuantos mas, a decir verdad enemigos siempre El tenia, mas cuando uno ostenta altos cargos políticos.
Don Cosme, después de recibirme cariñosamente con abrazos y hasta emoción en sus ojos, se dirigió a mi en forma efusiva, diciendome, ---Bueno, vamos pa' dentro, tenemos muchas cosas que hablar....., contame che, como te fue en todo este tiempo ............
Y hablando nos juimos los dos juntos pa' conversiar y tomar algo, alla adentro y la seguimos así nomas conversando, le di gracias a El y al Tata Dios, que ya tenia el trabajo bien asegurado.
Fin de la parte 1
Estimado lector muchas gracias por estar ahí, y en proximas entradas ira la parte 2, muchas gracias
Atentamente jorge godoy
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